El ciclo clave de la historia de Chile que se extiende desde los primeros días de la Unidad Popular (UP) en el poder en 1970 hasta el desmantelamiento de la “vía chilena al socialismo” mediante el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 - y que incluye tanto las transformaciones políticas, sociales, económicas y culturales que el gobierno socialista liderado por Salvador Allende impulsó y potenció como la reacción contra ellas - produjo un marcado interés internacional. En un primer momento, la posibilidad de construir el socialismo por vías institucionales encarnadas por el proyecto allendista, suscitó el entusiasmo de diversas fuerzas de la izquierda política y cultural más allá de las fronteras del país (mantuvieran ellas o no relaciones con Chile previo a la llegada de Allende al poder). Al mismo tiempo, el resultado electoral del 4 de septiembre de 1970 activó las redes transnacionales preexistentes de la derecha y de las fuerzas demócrata-cristianas, las que comenzaron a organizar nacional y transnacionalmente la oposición a Allende y a la UP. Tres años más tarde, el trágico desenlace del 11 de septiembre de 1973 avivó - en las izquierdas - una serie de reflexiones sobre la gradualidad de los cambios, la idoneidad del marco democrático tradicional para impulsarlos, la necesidad del recurso a la violencia revolucionaria, la de mantener la unidad de las izquierdas (en ocasiones, incluyendo a los radicales y demócratacristianos) para alcanzar los objetivos transformadores, la capacidad del arte revolucionario para producirlos. Así, la breve, pero trascendente, experiencia chilena de transición hacia un modelo socialista ostenta un efecto algo paradójico. Si, en un inicio, la victoria electoral de la UP contribuyó a reevaluar el modelo antes hegemónico de lucha armada como mecanismo privilegiado para “hacer” la revolución, la arbitrariedad del golpe en 1973 pareció indicar - para algunas izquierdas - que ningún esfuerzo por erigir institucionalmente el socialismo sería tolerado, volviendo a poner en tela de juicio la pertinencia de la “vía democrática”. Desde la oposición a la UP, las reacciones variaron desde la acogida entusiasta del Golpe de Estado hasta la condena conjunta de la UP y de las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen militar.
Estas miradas múltiples y extra-nacionales han tenido continuidad a través de la constante publicación de monografías científicas que se siguen editando hasta el día de hoy - a casi 50 años del Golpe de Estado de 1973 - tanto en Chile como en extranjero. Como este coloquio pretende desvelarlo, tanto el gobierno de la UP como la intervención de los militares en la vida política chilena a partir de 1973, constituyeron experiencias políticas que no se confinaron al territorio chileno, ni al espacio latinoamericano. Al contrario, su circulación y recepción adquirió una dimensión transnacional y global en la que tomaron parte actores de prácticamente todos los confines del orbe.
El acentuado efecto transnacional del ciclo 1970-1973, sin embargo, no se ha aún traducido en un conjunto sólido de estudios sobre su real impacto en el escenario latinoamericano, europeo, y menos aún en África y Asia. Por otro lado, constatamos que, si bien el Golpe militar de 1973 propiamente tal – con las dramáticas imágenes del bombardeo a La Moneda que recorrieron el mundo – sí ha sido objeto de valiosos trabajos y encuentros académicos, poco sabemos sobre la dimensión transnacional de la experiencia política, social y cultural que tuvo lugar en Chile durante los años inmediatamente anteriores. Resulta un lugar común decir que el ascenso del primer presidente marxista en ganar una elección por cauces democráticos, Salvador Allende, tuvo una fuerte influencia global, pero aún carecemos de suficientes datos empíricos que traduzcan esta aseveración en sondeos pormenorizados. Sin desconocer los avances fundamentales de las obras ya publicadas sobre la dinámica transnacional de los turbulentos años 1970-1973 en Chile, el presente coloquio aspira a superar las limitaciones y carencias aún existentes a través de la elaboración de tres ejes privilegiados, aunque no exclusivos.
Eje 1 “La vía chilena y otras vías nacionales de cambio durante la Guerra Fría global. Historias comparadas y cruzadas”
El primer objetivo del coloquio es insertar la “vía chilena al socialismo” en el marco más amplio de búsqueda continental y/o global de cambio radical, aunque no siempre socialista, por medio de “vías nacionales”. Este cambio podía ser político – por ejemplo, el “socialismo con rostro humano” – y/o socioeconómico (por ejemplo, el control estatal sobre los recursos naturales nacionales), pero siempre buscaba acoplar la consolidación de la soberanía nacional con la creación de instancias internacionales capaces de articular y promover las diferentes “vías nacionales” de las naciones “periféricas”. En este eje, invitamos a los contribuyentes a proponer trabajos que –a través de una óptica comparada o de historia conectada – dejen de pensar el proceso chileno de 1970–1973 como una excepcionalidad histórica, un momento único de la historia nacional y universal en la Guerra Fría. Nos interesa, en primer lugar, reunir contribuciones que enmarquen la “vía no armada” de Salvador Allende en el contexto hemisférico que había visto recientemente emerger otras experiencias de izquierda, también alejadas del esquema insurreccional “foquista” alentado por el régimen de Fidel Castro desde 1959. En Perú y en Panamá, por ejemplo, los militares “progresistas” Juan Velasco Alvarado y Omar Torrijos lideraron proyectos de izquierda dotados de una retórica fuertemente antiimperialista y que allanaron el camino hacia importantes transformaciones (reforma agraria, nacionalizaciones, etc.). En aquellos mismos años, José María Velasco Ibarra en Ecuador siguió igualmente un camino reformista que parecía tener más puntos de encuentro que zonas de divergencia con el proyecto de la UP. En segundo lugar, incentivamos perspectivas comparativas o “historias cruzadas” más allá del espacio latinoamericano, en un terreno relativamente inexplorado por la comunidad académica: el escenario de las izquierdas globales (de Europa del Este o del llamado “Tercer Mundo” o las organizaciones internacionales como las Naciones Unidas o el Movimiento de los No Alineados). Mediante este coloquio, buscamos estimular activamente este tipo de esfuerzo intelectual, ya que creemos que la multiplicación de aproximaciones metodológicas originales y hasta ahora poco practicadas debieran conducirnos a una mejor comprensión del real impacto transnacional del ciclo 1970-1973 en Chile.
Eje 2 “El impacto ideológico y político global de la experiencia chilena”
Mediante este eje, deseamos fomentar contribuciones que se interroguen sobre el impacto que la llegada de Allende al poder, las reformas políticas, socioeconómicas y culturales impulsadas por la UP, las experiencias inéditas de socialización política y de organización social de los años 1970-1973, así como el Golpe de Estado de 1973 tuvieron en las reflexiones estratégicas y acciones concretas de diversos actores a escala global. No cabe duda de que la “vía chilena al socialismo” abrió un horizonte de expectativas para un conjunto de fuerzas de izquierda, en particular en Europa occidental, que veían en la transición pacífica al socialismo ejemplificada por Chile un esquema que se acomodaba mejor a la realidad de los escenarios locales. En ese sentido, la experiencia de la UP pudo también conllevar a un replanteamiento de las tácticas “foquistas” estimuladas desde inicios de la década de 1960 por el ejemplo cubano y que no parecía a esa altura haber brindado los resultados esperados, como la muerte de Ernesto Guevara en Bolivia en 1967 lo puso espectacularmente de relieve. Por otra parte, es también necesario preguntarse si la destrucción por la fuerza del proyecto de Allende, que parecía confirmar la casi imposibilidad de caminar hacia el socialismo mediante los cauces tradicionales, trajo un nuevo soplo para las tácticas insurreccionales a escala global. Por último, mediante la dimensión transnacional del camino “pluralista” emprendido por Allende, no queremos limitarnos exclusivamente a los sectores de izquierda, sino que esperamos también estimular reflexiones sobre la manera en que las fuerzas de centro o de derechas pudieron haber reaccionado ante lo que vislumbraban algunos como una nueva “amenaza comunista”. Las estrategias que pudieron haber ideado gobiernos conservadores o grupos de oposición para frenar el avance del socialismo democrático en sus propios países constituyen sin duda un punto trascendental para completar la visión transnacional del ciclo político 1970-1973 chileno.
Invitamos a los y las contribuyentes a que analicen no sólo la circulación de ideas y los debates ideológicos, sino también los actores que contribuyeron a transnacionalizar la experiencia de la Unidad Popular. Más allá de las influencias ideológicas y cambios de estrategia que el gobierno de Allende y el Golpe de Estado pudieron haber ejercido o suscitado, los años 1970-1973 aceleraron los contactos entre militantes y dirigentes de izquierda que vieron en el gobierno de la UP una esperanza gracias a la cual podrían obtener valiosas lecciones para sus propios proyectos. Los viajes de destacadas personalidades políticas (comenzando por Fidel Castro y François Mitterrand, sin olvidar a intelectuales como la italiana Rossana Rossanda o el francés Régis Debray, quienes escribieron sobre la UP y dieron a conocer su experiencia en Italia y Francia) así lo sugieren, aunque ellas no deben opacar una circulación menos visible, pero igualmente relevante, como la de numerosos exiliados latinoamericanos que encontraron refugio en el Chile de Allende, además de los que se vieron forzados a abandonar Chile después del 11 de septiembre. Habría que interrogarse también sobre la existencia de eventuales circulaciones clandestinas (personal de inteligencia, espías, armas, guerrilleros, refugiados, etc.), un tema ampliamente sugerido, sin que ello haya derivado en un conjunto serio de trabajos historiográficos sobre estas presunciones. Acogeremos con entusiasmo propuestas que exploren no solo el rol de estos mediadores políticos, sino que desarrollen también una reflexión teórica sobre la relación entre movilidad (voluntaria o forzada) y cambio en las subjetividades políticas.
Eje 3 “Las circulaciones culturales: medio privilegiado para la transnacionalización del proceso chileno de 1970-1973”
Los desplazamientos humanos formaron redes tanto de mediadores políticos como culturales. Estos últimos son determinantes a la hora de entender las representaciones globales sobre el proceso chileno, y sobre lo cual aún queda mucho por decir. Así, es necesario explorar la circulación de expresiones culturales chilenas antes y después de la ruptura de 1973 y que en muchos casos (como en Grecia y Chipre) constituyeron el vector principal de la recepción de la experiencia chilena en sociedades extranjeras. Si la música o el cine chileno alcanzaron un mayor nivel de visibilidad internacional en el interludio 1970-1973, todo parece indicar que la cultura vehiculada por los exiliados post-golpe se elevó como un factor crucial (quizás el más influyente) a la hora de moldear las representaciones e imaginarios sobre la experiencia chilena en el exterior. Ha sido demostrado, por ejemplo, que los grupos musicales activos en el exilio gozaron de una amplia recepción, pero menos se ha dicho sobre la potencial atracción que pudieron haber producido las letras o la plástica chilena en el mismo periodo. Este coloquio espera brindar un espacio privilegiado para la elaboración de una historia cultural y transnacional del proceso chileno de 1970-1973.
Modalidades de proposiciones de ponencias
Este coloquio se efectuará de manera híbrida (presentaciones in situ y telemáticas) a comienzos de junio del año 2023. Las lenguas de trabajo del coloquio serán el español y el inglés.
Esperamos sus proposiciones de aquí al 5 de junio 2022.
Pueden enviarlas a: ColoquioChileUp@gmail.com